martes, 19 de septiembre de 2017

PRIMER ACERCAMIENTO AL CURSO DE FLIPPED CLASROOM

Estas semanas me encuentro inmersa, en modalidad on line, en el curso organizado por el Intef sobre la metodología activa del denominado Flipped Classroom (FC), o en español clase invertida.
Lo cierto es que no me coge de sorpresa ni es un primer contacto. Hace dos años tuve la suerte de recibir en los cursos de profesorado e introducción a la función docente en La Rioja al profesor Raúl Santiago, uno de los mayores expertos y conocedores en dicho campo.
En aquella charla sí quedé francamente sorprendida, y admito que me tomó unos días asimilar aquella información. Me quedé un poco contrariada con el hecho de que fuese un aprendizaje basado en las tecnologías, lo encontraba sumamente excesivo porque Raúl Santiago planteaba la utilización diaria del teléfono para las encuentas, etc y me parecía que cieertos planteamientos estaban un poco alejados de la realidad del aula en lo que concierne al ámbito de secundaria y bachillerato. Él lo experimentaba en enseñanzas superiores.
Dos años después he investigado más sobre diversas metodologías, y lo que ido recibiendo del curso hasta el momento me demuestra que una pequeña parte, o al menos mi intención, ya era compartida con mis planteamientos pedagógicos. Me gusta combinar mis explicaciones, no excesivamente largas con diverso material audiovisual que busco en la red, con la intención de llegar así a un mayor número de alumnos, teniendo en cuenta el cono de aprendizaje y las diversas inteligencias que poseemos cada uno de nosotros.
Además me gusta de las FC la implicación activa del alumno, el nuevo repaerto de los tiempos que supone en el aula (un mayor porcentaje para la asimilación de contenidos, invirtiendo así el tiempo que se empleaba en el modelo tradicional para las explicaciones magistrales del profesor).
Creo además que puede ser un modelo muy integrador, en el que se rescatarían alumnos que desde estos primeros días de curso ya los vemos tirando la toalla, con una actitud de desprecio hacia el instituto en general.
El mayor inconveniente que puedo seguir encontrando es esa dependencia de las tecnologías, algo que no me acaba de gustar.
Por lo demás, sigo pensando que es un modelo a tener en cuenta.
¡ Voy a seguir aprendiendo!


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